Os voy a contar una curiosa anécdota que ocurrió anoche, justo después de acabar el noveno capítulo de ATAS.
Como sabéis, los capítulos vienen siempre en formato PDF, un formato elegante y presentable para que los lectores puedan disfrutar a gusto de una buena lectura. No obstante, para escribir uso OpenOffice, por lo que no me era posible convertir los capítulos a dicho formato con clase. Estaba por lo tanto forzado a avisar a Iriseru para que se encargara de dicha labor, a menudo interrumpiéndola en sus quehaceres universitarios o de otra índole.
Pues bien, resulta que ella estaba indispuesta anoche, de modo que tenía que buscar algo por Internet. Conversores online que por razones desconocidas SIEMPRE daban fallos y, seguidamente, programas descargables que no sabía manejar. Y que, de hecho, sospecho que me cambiaron el buscador por la cara (y me costó lo suyo arreglarlo por cateto informático). A saber si alguno de esos programas venía con cierto regalito vírico...
El caso es que, en un arrebato de ingeniosidad, se me ocurrió buscar en Google "OpenOffice to PDF", y qué casualidad que me encuentro con un artículo que habla de cómo hacerlo. Sólo destacaba una frase que visualizaré en la siguiente imagen:
...Estaba ahí. Todo este tiempo estaba ahí. Prácticamente al lado del botón 'Guardar' que tanto he pulsado una y otra vez. Con sólo pulsar ese botoncito mágico de 'PDF', todo el documento se convertía a PDF. Con sólo pulsar un botón, literalmente. Más de un año escribiendo para pasarlo a PDF, interrumpiendo en ocasiones a mi editorayudante, aunque a ella no le importara, pero interrumpiéndola igualmente. Y estaba ahí, calladito, esperando a que yo le descubriera...
No cabe duda.
Soy. Un. Pu*o...
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